Nuestro gato necesita una alimentación saludable y adaptada a sus necesidades para disfrutar de una buena salud y una larga vida rebosante de cariño y diversión. Ten en cuenta que al estar en nuestra casa necesitan ciertos aminoácidos, como la taurina y arginina que solo los pueden obtener de la comida que le proporcionemos. Necesitan además ingerir ciertos ácidos grasos, como el ácido araquidónico y el ácido linoleico, así como vitamina A, que únicamente está presente en alimentos de origen animal. Una dieta vegetariana o vegana es perjudicial para nuestro felino ya que no le aporta los nutrientes que necesita.
Dispones de varias opciones de comida para gatos que te describimos a continuación. Siempre adquiere productos de marcas reconocidas y en establecimientos especializados y evita las marcas blancas o de grupos de distribución; ante la duda consulta siempre con tu veterinario la dieta más adecuada para cubrir sus necesidades.
Alimentación seca:
Son todos los piensos disponibles y cuyos ingredientes principales son carne de ave y pescado más una proporción variable de cereales, vitaminas y minerales. Procura elegir siempre aquella marca que incluya un menor porcentaje de cereal.
Proporcionan un gran sabor y al estar tratados con calor puedes almacenarlos durante bastante tiempo sin que se estropeen. Ayudan a eliminar el sarro y a retrasar la aparición de la placa dental.
Si eliges esta opción, asegúrate de que tu gato tenga siempre agua fresca a su disposición para que pueda saciar su sed tras cada comida.
No le des pienso de perro a tu gato; las necesidades dietéticas de ambos son totalmente diferentes.
Alimentación húmeda:
Puedes encontrarlos en latas o en bolsitas. Debes servirlo a temperatura ambiente para que tu gato disfrute de su sabor y su olor.
Entraremos productos de dos tipos:
Latas y bolsitas equilibradas: sus ingredientes y características son muy similares a los de los piensos y aparte de la carne incluyen vitaminas y minerales añadidos.
Latas y bolsitas que solo incluyen carne o pescado.
Todas tienen un elevado contenido en grasa para dar mejor textura y sabor por lo que son recomendables como un complemento a una dieta basada en pienso.
Las latas de pescado o carne para consumo humano no son aconsejables para tu gato al carecer de taurina y arginina. Ten en cuenta que el contenido de la lata no puedes dejarlo en el plato más de una hora ya que se estropea con facilidad.
Alimentación semi húmeda:
Se elabora mezclando tejidos animales congelados, cereales, grasas y azúcares y suelen presentarse a modo de salchichas o de de carne picada. Tienen un bajo contenido en grasa por lo que no cubren las necesidades energéticas del gato. Plantéatelas únicamente como una especie de premio o de golosina para “ocasiones especiales” ya que son muy sabrosas y tentadoras para tu minino.
Comida casera:
No es una buena opción dada la dificultad para conseguir aportar las cantidades y proporciones de nutrientes que requiere tu gato lo que podría ocasionarle graves desequilibrios alimenticios. Si pese a todo decides prepararle tú su comida consulta siempre con un veterinario y/o un especialista en nutrición felina.
Evita darle a tu gato carne o pescado crudos ya que pueden contener parásitos o bacterias y evita darle huesos, sobre todo de pollo, ya que pueden astillarse con facilidad y ocasionarle daños internos de gravedad.