La insuficiencia renal se produce cuando los riñones empiezan a fallar y puede ser de dos tipos:
Insuficiencia renal aguda: se produce de forma muy rápida en horas o días. Los síntomas son: vómitos, pérdida de apetito, letargo, apatía, diarrea, halitosis, disminución o ausencia de orina, falta de coordinación y convulsiones. Es poco frecuente pero requiere cuidados veterinarios urgentes. Suele aparecer por intoxicaciones por haber comido productos químicos (productos de limpieza) o medicamentos (ibuprofeno). Otras causas frecuentes son: caídas, infecciones, piedras en las vías urinarias y deshidratación por un golpe de calor.
Insuficiencia renal crónica: se produce de manera lenta a lo largo de meses o años. Los síntomas son: delgadez extrema, pérdida de apetito, hipertensión, vómitos, pelaje seco y sin brillo, estreñimiento, apatía, debilidad general y a veces ceguera. Suele aparecer en los gatos de más de 8 años aunque con un tratamiento adecuado pueden llevar una vida prácticamente normal.
Si existen piedras en las vías urinarias y no pueden disolverse mediante tratamiento químico, será necesaria cirugía. Curiosamente, en los gatos las piedras aparecen con frecuencia en la vejiga urinaria y no en los riñones como sí suele ocurrir en los humanos.
Como siempre te recomendamos, consulta a tu veterinario.